cap. 34.- BLOQUEOS NERVIOSOS DE LA EXTREMIDAD INFERIOR
Bloqueos Nerviosos de la Extremidad Inferior
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, el empleo de la ecografía ha experimentado un gran desarrollo tanto en los campos de la anestesia regional como en el dolor crónico.
El uso de la ultrasonografía en el tratamiento del dolor crónico aporta como ventajas: una menor irradiación para el médico y el paciente, una mayor versatilidad en las técnicas y la visualización de los tejidos blandos.
Sin embargo, también presenta limitaciones: la curva de aprendizaje puede ser extensa y la visión de estructuras puede ser dificultosa en algunos pacientes.
En función de la profundidad a la que se localice nuestro objetivo, utilizaremos una sonda lineal plana de alta frecuencia (6 a 18 Mhz) para visualizar estructuras superficiales o una sonda convex de baja frecuencia (2 a 5 Mhz) que permite que los ultrasonidos penetren mejor en los tejidos y una mejor identificación de estructuras más profundas.
Las normas de buena práctica clínica recomiendan realizar los bloqueos nerviosos bajo una monitorización estándar del paciente y utilizando la mínima cantidad necesaria de sedación, para poder interpretar los signos y síntomas que nos transmite el paciente e intentar minimizar los riesgos de toxicidad y de lesión neurológica.
Además, la realización de las técnicas requiere medidas de asepsia tanto para la piel del paciente y del médico, como para la sonda ecográfica, agujas y otros materiales que vayamos a emplear. Idealmente la posición del ecógrafo debe ser frente al explorador y éste debe adoptar una posición cómoda durante el procedimiento.
A diferencia del miembro superior, el miembro inferior está inervado por dos plexos relativamente independientes: el plexo lumbar y el plexo sacro (Fig. 1).
El plexo lumbar está formado por las uniones de las raíces anteriores de los nervios espinales L1-L4. A menudo reciben fibras del último nervio intercostal, denominado nervio subcostal. Los ramos terminales del plexo lumbar son los nervios: iliohipogástrico, ilioinguinal, femorocutáneo lateral, genitofemoral, obturador y nervio femoral o crural.
El plexo sacro, en cambio, está constituido por las uniones de fibras procedentes desde L3 a S4, con contribuciones variables según la raíz que consideremos. De sus ramos terminales, nos centraremos en el nervio ciático, que se encarga de proporcionar la inervación de gran parte del miembro inferior.
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