cap. 10.- BLOQUEO ECOGUIADO PARAVERTEBRAL
Bloqueo Ecoguiado Paravertebral
INTRODUCCIÓN
El bloqueo paravertebral torácico, descrito en 1905 por Sellheim y retomado en clínica por Eason y Wyatt en 1979, consiste en la inyección de anestésico local junto a la vértebra torácica, cerca de la salida de los nervios espinales de los agujeros intervertebrales. Esto se traduce en un bloqueo ipsilateral segmentario, somático y simpático en múltiples dermatomas por encima y por debajo del sitio de inyección.
La inhibición de potenciales evocados somatosensoriales por el bloqueo paravertebral en el nivel de inyección y de múltiples niveles adyacentes, indica que hay una supresión efectiva de las respuestas de la corteza cerebral con dosis clínicamente aceptables de anestésicos locales.
Hasta el momento no se han publicado estudios que hayan demostrado una inhibición equivalente de potenciales evocados somatosensoriales con otras técnicas de anestesia regional neuroaxial (espinal/epidural) o de bloqueos periféricos de la pared torácica, lo que sugiere que la calidad del bloqueo paravertebral es única. Produce un bloqueo de la cadena simpática que inhibe los estímulos aferentes que viajan rostralmente dentro de esta vía nerviosa (al contrario que con otras técnicas de anestesia del neuroeje, en las que no bloqueamos la cadena simpática); esta calidad del bloqueo aferente probablemente ayuda a explicar el efecto del bloqueo paravertebral sobre el dolor agudo y crónico.
Su eficacia en comparación con la analgesia epidural torácica, considerada como el gold standard en cirugía torácica, es similar en cuanto a la calidad de la analgesia que ofrece; sin embargo, el bloqueo paravertebral puede reducir las complicaciones pulmonares postoperatorias y las complicaciones asociadas con la técnica analgésica (hipotensión, retención urinaria), porque elimina únicamente la respuesta cortical a la estimulación unilateral de los dermatomas implicados.
Además, la incorporación de la ecografía en la realización de esta técnica, no solo ha permitido el desarrollo de diferentes abordajes y la medición de la distancia al espacio paravertebral y a la pleura previamente a la realización del bloqueo, sino que también ha facilitado la visualización en tiempo real de la posición de la aguja y de la inyección del anestésico local.
El interés por el bloqueo paravertebral, en auge en los últimos años, radica en un mejor bloqueo somático y simpático en comparación con la anestesia epidural, analgesia prolongada cuando se utilizan infusiones de anestésico local en el postoperatorio, menor incidencia de cuadros de dolor crónico (debido a un temprano manejo del dolor), rápida recuperación con menores tiempos de hospitalización y una baja incidencia de náuseas y vómitos, por el menor requerimiento de opioides y anestesia general.